Morelia, Mich.- 14 de enero de 2018.- Después de haber triunfado en el festival el Festival de Cine de Venecia y haber ganado el Globo de Oro por Mejor Dirección, el tapatío Guillermo del Toro estrenó el pasado viernes en salas de cine mexicanas su más reciente película “La forma del agua”, cinta cuya crítica especializada apunta que podría dar una gran sorpresa en la próxima entrega de los Premios Oscar.

Morelia fue la primera ciudad de se exhibió el filme dentro del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), foro donde Del Toro catalogó la obra como “un cuento de amor sobre el amor”, ya que por primera vez en años dejaba volar su imaginación para llevar al espectador en un torbellino de emociones que van desde la risa hasta las lágrimas.

Con 123 minutos de duración, “La forma del agua” narra la vida de Elise (interpretada por  Sally Hawkins), una mujer muda que vive sola en un departamento ubicado a arriba de un cine, su trabajo consiste en ser empleada de limpieza en un laboratorio del gobierno estadounidense donde realizan experimentos de todo tipo.

Dentro de su vida cotidiana comparte gran parte del día con su compañera de trabajo Zelda (Octavia Spencer) y su vecino Giles, quien también vive solo y es un rotulista retirado, un día su vida da un vuelco cuando al laboratorio llega una rara especie de criatura anfibia humanoide que es custodiada celosamente por el coronel Ricard Strickland (Michael Shannon) para hacer experimentos con él.

Un accidente hace que la criatura y Elise se encuentren y empiecen a convivir y crear un vínculo de amistad que se ve amenazado por intereses del laboratorio y el uso del anfibio como arma del gobierno.

A pesar de parecer una premisa sencilla y hasta cierto punto plagada de fantasía, “La Forma del Agua” llega a los espectadores a conocer cada uno de los personajes que envuelven la historia y que tienen algo en común, la soledad.

El agua, los sueños y la lucha por encontrar la felicidad son parte fundamental de esta historia que cautiva desde un principio al ver una Sally Hawkins que debe transmitir ternura, temor y valentía sin tener que usar su voz y como sus amigos se unen a la causa de rescatar a su nuevo amigo.

Michael Shannon cumple con su papel de convertirse en el villano principal de la cinta, con un personaje que es capaz de pisotear a todos y a todo con tal de cumplir sus objetivos y rememora aquella batalla que tenían estadounidenses y  soviéticos por ganar la carrera espacial.

En materia técnica, la película cuenta con una fotografía y soundtrack impecables, realmente se siente que la historia de desarrolla en 1962 y el agua juega un papel fundamental dentro de la narrativa.

Conforme se desarrolla, la historia los personajes y situaciones tienen un correcto desarrollo y se comparte el sentimiento de hacer posible lo imposible, es decir que Elise y la criatura sean felices a pesar de las adversidades.

Por ser una película perfectamente ambientada, una historia que invita a soñar y no cuestionar que es posible y contar con grandes actuaciones, “La Forma del Agua” es una película que debe verse en el cine y podría darle la tan ansiada estatuilla dorada a Guillermo del Toro.