El Pan de muerto, conocido como hojaldra en Puebla, es un manjar de dioses. Las figuras en su parte superior son cuatro huesos y un cráneo que lo remata. A veces azucarado, a veces espolvoreado de ajonjolí, ¡no te lo debes perder!
Esta celebración milenaria de los indígenas mesoamericanos coincide con las fechas de los Fieles Difuntos y de Todos los Santos del culto católico, lo que hace de esta celebración una muestra indiscutible de mestizaje y sincretismo cultural y religioso.
Existen diversas maneras de nombrar y celebrar esta festividad. Destacan las celebraciones de Janitzio, en Michoacán; Mixquic, en la Ciudad de México; el denominado “Xantolo” en la región de la Huasteca y la de los exuberantes altares de Huaquechula, en Puebla.
Debido a su larga importancia y tradición, la UNESCO ha inscrito esta celebración como “Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”.
José Guadalupe Posada es el autor de uno de los personajes más entrañables de esta celebración: La Calavera garbancera, mejor conocida como “La Catrina” (así rebautizada luego por Diego Rivera). Garbancero era el nombre que se les daba a las personas de origen indígena que pretendían ser europeos, sin contar con que la muerte, al final del día, nos iguala a todos. ¡Feliz Día de Muertos!